Se lo digo a extraños porque a ti no puedo.
Te he escrito mensajes que sé que nunca te enviaré porque soy cobarde, porque no sé si le temo más a tu respuesta, o a la falta de ella.
Te he escrito mensajes que sé que nunca te enviaré porque soy cobarde, porque no sé si le temo más a tu respuesta, o a la falta de ella.
Durante toda mi vida he sabido perfectamente el tipo de hombre que quería, iba por ahí sabiendo que difícilmente encontraría alguien que llenara mis expectativas, la primera vez que te vi me enganché contigo porque eras la representación viviente de todo lo que me gustaba. Te volviste algo platónico y algo que sabía que nunca iba a tener, te observaba desde la distancia porque en mi cabeza eras inalcanzable.
Todo cambió este año cuando comenzamos a coincidir, debo admitir que me sorprendió que alguien como tú se fijara en alguien como yo, tal vez en tu cabeza fuiste tú quien dio el primer paso al acercarse pero poco sabes que te observé ese primer día desde la distancia, fui yo quien me acerqué a hacer la primera pregunta casual que sellaría mi destino y fui yo una vez más quien en la siguiente ocasión terminaría hundiendo el arma en lo profundo de mi ser al elegir perder la pena y volver a coincidir.
Hoy me pregunto si hubiera cambiado esa segunda acción si hubiera sabido el estado en el que me dejaría tu partida, pero a pesar de todo no tengo una respuesta clara. Porque tal vez pude haberme quedado en mi zona segura, nunca haberme arriesgado a coquetear de forma tan descarada y haberme mantenido sana y sin dolor. Pero también me hubiera privado de vivir tantas emociones, tantas primeras veces y de tanta serotonina. Así que la respuesta es, no sé.
Tus intenciones fueron claras desde el principio, me hiciste saber que no buscabas nada más allá del mero placer físico, me diste la opción de elegir entrar a este juego con los ojos muy abiertos y así lo hice, pero en algún punto yo misma comencé a vendarme los ojos y perder de mira esa verdad que me mostraste.
Fui tonta al confundir tus destellos de posesión con el hecho de qué tal vez querías conservarme como tuya, fui tonta al malinterpretar tus mensajes constantes durante más de un mes, fui ilusa por pensar que tu inversión de tiempo, dinero y esfuerzo en nuestras salidas era más que un interés fugaz, fui estúpida por pensar que nuestros momentos de vulnerabilidad eran el inicio de algo más que la situación que teníamos entre nosotros.
¿Pero realmente fui sólo yo la tonta o en algún momento las cosas también comenzaron a difuminarse para ti? ¿Llegaste a sentir algo por mi que te asustó al punto de dar un cambio radical en tu trato conmigo? ¿Contemplaste la idea de quererme para algo más allá de lo físico?
Tengo muchas preguntas para las que nunca tendré respuesta porque tu partida me dejó con un dolor profundo que estoy tratando de bloquear, porque los primeros días sentí un vacío en el pecho al contemplar la verdad de que no me quieres, hoy estoy tratando de esconder la herida con capas de vendajes pero cuando me doy un momento para pensar estás ahí, siempre estás ahí. En los flashbacks de nuestros momentos juntos, en las conversaciones que tuvimos pero sobre todo estás en los momentos que nunca tuvimos, en los posibles escenarios que nunca tendremos, estás ahí en el anhelo de algo que ya no puede ser y en el deseo de que regreses porque te diste cuenta que me quieres. Siempre estás ahí.
Nunca sabrás que me llevaste a experimentar sensaciones que nunca nadie más ha logrado. Nunca sabrás que tu toque era capaz de desbalancear mi mundo, que tus besos lograban despojarme de todo el ruido en mi cabeza, que tus conversaciones me atrapaban, que el tiempo a tu lado corría como agua, que en cada momento que pasaba sola, tú eras el único pensamiento en mi cabeza.
Nunca sabrás que me dolía la forma en que yo preguntaba cualquier aspecto de tu vida mientras que tú nunca preguntaste acerca de la mía, nunca sabrás el dolor en mi pecho cuando te contaba algo con tantas ganas y tú parecías aburrido o no preguntabas acerca de nada, nunca sabrás que cuando te marchaste de forma tan abrupta hiciste una gran herida que no sé cuándo comenzaré a suturar.
Nunca sabrás que mi miedo desde el principio es que después de haberme tenido de forma física ya no volvieras buscarme, nunca sabrás de lo usada que me hiciste sentir al desaparecer después de hacer mi más grande temor realidad.
Nunca sabrás que te quise y que aún te quiero y que me has reducido a un punto tan ridículo de amor propio que si tú volvieras te aceptaría a pesar de lo que has hecho con mi frágil alma.
Nunca sabrás que estuve dispuesta a entregarte todo de mi persona para que hicieras conmigo lo que tú hubieras querido.
Porque la única forma de revivir tu recuerdo es atreves de mis escritos en donde la única constante incluso en los momentos felices era el profundo anhelo de que me quisieras.
Nunca sabrás nada de esto porque no me quieres y no te interesa seguir hablando conmigo.
Nunca sabrás nada de esto porque nunca te enviaré este mensaje.
Gracias por leerme <3 te invito a suscribirte para seguir leyendo mis escritos 🧚🏻
No esperó que cambie de opinión, pero una pequeña parte de mi anhela que se pueda enamorar de mí en algún momento :c
Aún sigo esperando que cambie de opinión y se de cuenta que en realidad si me quiere :(